BLOG DE ANA M. BRIONGOS


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20.11.15

La cocina persa









En casa acostumbro a preparar platos iraníes con recetas que he ido aprendiendo en Irán durante mis casi cincuenta años de relación con el país de los persas. Por eso a mi familia, los olores, los sabores y la presentación de los platos iraníes siempre les han sido familiares.

En Irán no existe una cultura de la restauración. Quizá últimamente con la apertura del país al turismo y la demanda de restaurantes que no sean los típicos cheló kababís (brochetas de carne acompañadas de arroz), empiezan a florecer locales que ofrecen platos variados. Esos platos variados y bien elaborados se encuentran en las cocinas de las casas que es donde se desarrolla la vida social. Los iraníes son acogedores y no es difícil poder entrar en sus hogares y probar las delicias culinarias de alguna familia. En realidad en Irán, quien para alimentarse dependa de los restaurantes no conocerá la diversidad y la sofisticación de la verdadera cocina autóctona.




En Irán, por ser un país musulmán, la carne debe ser halal, es decir de animales que han sido sacrificados como ordena el islam. Comer carne de cerdo no está permitido, esta carne es haram, contrario a halal. En los comercios venden embutidos pero son de pollo, cordero o ternera. Para los musulmanes chiítas duodecimanos, como son la mayoría de los iraníes, el pescado debe tener escamas para ser halal. Solamente los iraníes de la zona del Golfo Pérsico, que son sunitas, comen crustáceos. No se sirve alcohol en ninguna mesa, a menos que se trate de una familia occidentalizada. Tampoco se encuentra en los hoteles, ni en los restaurantes.

La caza es muy apreciada en el norte de Irán y se da por supuesto que el cazador rezó las oraciones prescritas cuando mató al animal y que lo degolló y desangró como es obligatorio.




Los suelos de las casas iraníes están cubiertos por hermosas alfombras y nunca se pisan con los zapatos por lo que hay que dejarlos en el rellano o a la entrada. En los hogares tradicionales el mantel o sofré se pone sobre las alfombras y se colocan encima los platos acompañados de cuchara y tenedor, nunca hay cuchillo pues las carnes estofadas muy tiernas se deshacen y el concepto de bistec a la plancha, que hay que cortar, no existe. Las bandejas con la comida se exponen todas a la vez sobre el sofré para que los comensales se sirvan.


Pan sangak, cocido sobre cantos rodados















En las mesas iraníes siempre hay pan caliente, queso blanco estilo feta, dugh (yogur, agua y menta), salad shirazí (ensalada con diferentes vegetales y aliñada), sabzé (yerbas frescas sin cortar ni aliñar), y torshí (confitados en vinagre), además de los platos principales, como estofados de carne, y arroz, decorado éste de diferentes maneras, con pistachos, azafrán, almendras fileteadas, zereshk, corteza de naranja finamente cortada y confitada.



El zereshk todavía en la rama

El zereshk adornando el arroz

La cocina tradicional iraní tiene algunos platos singulares que no se preparan en ningún otro país de Oriente Medio. Estos platos, unos dulces (shirín), y otros ácidos (torsh), son arroces y estofados de carne de cordero, ternera o pollo y vegetales (sabzé).




La comida iraní no es picante, no se usa la guindilla para cocinar.  El ajo sí se emplea, sobre todo en el norte donde lo preparan confitado en vinagre y adquiere con el tiempo una coloración negra, lo llaman “ajo centenario”. Para los kababs o pinchos, además de la sal y la pimienta, se usa el somagh, un polvo agridulce de color granate que se obtiene moliendo, una vez secos, unos pequeños frutos silvestres de color rojo. La lima seca y el jarabe de granada, rob e anar, se utilizan en los estofados. Las sopas se condimentan con zumo de limón. La cúrcuma, el azafrán, dan sabor y color y son compatibles en el mismo plato. También se emplean yerbas frescas o secas tales como el perejil, hierbabuena, cilantro, eneldo, albahaca, y otras que no son corrientes en nuestros mercados. Con berenjenas y kashk, una pasta blanca derivada de leche seca, se cocina un plato delicioso.


Kashk e bademjan, berenjenas con kashk, nueces y cebolla frita

El té es la bebida nacional de Irán y se da más valor al color y al aroma que al sabor. El té se toma con un terrón de azúcar entre los dientes y raramente se pone azúcar en la taza. El té es adictivo y hay quien llega a tomar cuarenta tazas al día.




La paradoja del caviar: Aunque el caviar auténtico procede de Irán, a los iraníes no les gusta y en ninguna mesa iraní hay caviar.




En Barcelona se pueden degustar platos iraníes en el restaurante persa de toda la vida, el “Rincón persa”, donde ofrecen una buena variedad de platos y lo hacen bien. También está “Sabor persa” que abrió sus puertas recientemente.

En Madrid  tengo noticias de “Sabor azafrán” que pienso visitar en mi próximo viaje a esa ciudad.

26.8.15

Farhad y Shirin, una historia de amor persa.


 Interpretación moderna de la leyenda de Shirin y Farhad por Babak Kazemi

Fotografía de Babak Kazemi, interpretación moderna de la leyenda de Shirin y Farhad

Fotografía de Babak Kazemi, interpretación moderna de la leyenda de Shirin y Farhad

Según una conocidísima leyenda persa recogida por poetas con diferentes versiones, Farhad era un picapedrero-escultor de origen humilde, extraordinariamente fuerte. Estaba enamorado de Shirin, una de las esposas del rey sasánida Josrow II, o una futura esposa, según las versiones. El rey era un personaje altivo e iracundo. Llegó a sus oídos que Farhad se había enamorado de Shirin y para alejarlo le ordenó una misión imposible: cavar un canal que atravesara una enorme montaña. Farhad emprendió el trabajo con entusiasmo, trabajaba sin parar y llegaban noticias de sus increíbles progresos. Un día Shirin quiso ir a ver como avanzaba la obra. Emprendió un largo viaje y llegó donde estaba Farhad agotada debido a lo duro del camino. Al verla en aquellas lamentables condiciones, Farhad levantó en hombros a Shirin y a su caballo y los devolvió a palacio, sin que ella tuviera ni siquiera que desmontar. Sin que él tocara ni su vestido. La devolvió a su marido, el rey, el mismo que lo había castigado tan duramente. El final de la historia acaba mal, con la muerte de los dos personajes. Josrow engaña a Farhad haciéndole llegar la noticia de que Shirin ha muerto y él, desesperado, se mata. Cuando lo sabe Shirin, también acaba con su vida.




Farhad se ha convertido en el símbolo de la lucha del pueblo ante un poder estatal despótico. Es el símbolo de la perseverancia y de la gente humilde que no se resigna. En Irán hoy en día hay muchos hombres que se llaman Farhad en honor al picapedrero enamorado.


Farhad es un legendario personaje romántico de la literatura persa, especialmente conocido gracias al poeta Nezamí Ganjaví (siglo XII). Antes que él, otros poetas habían tratado esta leyenda con versiones diferentes. En el gran poema épico persa Shahnameh, escrito por Ferdowsí en el siglo XI, Farhad aparece de manera secundaria sin episodio propio. Shirin, en muchas de las versiones es una princesa armenia, cristiana. Josrow es el rey de reyes persa, zoroastriano, cuyo reinado se sitúa entre 591 y 628. 



La influencia de la leyenda de Farhad no solo se circunscribe a la literatua sino que llega a toda la cultura persa, que incluye el arte, el folclore, la música e incluso el cine y la fotografía, y alcanza una extensa zona de influencia que va del Próximo Oriente a Pakistán e India, y hasta las ex repúblicas soviéticas del norte de Irán. Un ejemplo interesante es la interpretación que hace el fotógrafo iraní Babak Kazemi de esta popular leyenda adaptada al mundo actual, como se puede ver en las tres fotografías que inician esta entrada.


22.8.15

Imágenes mashadianas (de Mashad en Irán)




Retomo estas notas de uno de mis viajes al Irán posrevolucionario.

Mausoleo del emam Rezá en Mashad

Estamos en casa de mi amiga Sahar, una casa con dos plantas y jardín. La típica casa iraní cuyo jardín al frente se cierra con un muro alto y una puerta metálica grande que da a la calle. Mi amiga pertenece a una familia tradicional de comerciantes. Ella y su familia ocupan la planta superior y su hermana y los suyos, la planta baja. Soy amiga de la familia desde hace años, nos conocemos bien y nos queremos.

Durante la mañana estamos solas en casa pues los maridos, el hermano y los hijos mayores se van a trabajar. Desayunamos y nos movemos por las habitaciones, vestidas como lo haríamos en cualquier lugar, sin restricciones. Bajamos a charlar con la hermana y la ayudamos a cocinar. Se acerca la hora de comer y suena la campanilla de la entrada avisando que se ha abierto la puerta metálica del jardín. Sin inmutarse, mi amiga se pone el pañuelo que saca del bolsillo. Es el marido de su hermana el que ha llegado. Vuelve a sonar la campanilla. La hermana de mi amiga se pone el pañuelo. Entra el suegro de ambas, que no vive en la casa pero debe tener llave. No sé cómo distinguen quién es el que llega pero lo saben, quizá hay un código en el campanilleo. En las casas antiguas iraníes las puertas son de madera y tienen dos picaportes de formas diferentes y que suenan distinto. Uno es el de los hombres y el otro de las mujeres. Así desde dentro se sabe el sexo del que llama y las mujeres se cubren o no.


Complejo religioso del Astan-e-Quods, Mashad

Campanillea más veces, van llegando el marido de Sahar, luego el marido de la hermana y más tarde el hermano de las dos. Ellas ya van cubiertas y yo estoy liberada por ser extranjera. Todos estamos sentados sobre la alfombra del comedor-cocina donde se ha dispuesto el mantel. Son gente amable y alegre que incluso me cuentan chistes sobre mullahs, algo por otro lado nada infrecuente en el Irán de hoy. El hermano, un joven de unos treinta años, soltero, que viste vaqueros, se quita la camisa y se queda con una camiseta imperio negra muy escotada y apretada como de levantador de pesos. Deja ver unos brazos moldeados por horas de gimnasio y un cuerpo perfectamente esculpido. Lo tengo enfrente y no me atrevo ni a mirarlo. Lo conocía de jovencito y este cambio me ha sorprendido. Su presencia de esa guisa me parece un escándalo en medio de tanto recato, y no solo femenino pues el marido y el suegro visten pantalón ancho y camisa de manga larga abrochada hasta el cuello. La verdad es que el chico está como un tren. Le pregunto si acude a la zurjané, literalmente “casa de fuerza” o gimnasio tradicional persa donde al son de un tambor y al canto de poemas religiosos, hombres de todas las edades realizan ejercicios con la ayuda de grandes mazas de madera. Me responde casi ofendido que a él esas cosas no le gustan, que va a un gimnasio moderno. Al cabo de un rato me pide si le haría el favor de escribir una carta de invitación para sacarse el visado pues su mayor ilusión es viajar a Europa. A eso estoy acostumbrada pues a los jóvenes iraníes ningún país europeo les da visado con facilidad, y hoy en día ni siquiera una carta de invitación de un anfitrión solvente es suficiente. Ellos quieren ver mundo, igual que nosotros.



La comida es deliciosa, como siempre en un hogar iraní. Arroz con azafrán, estofado de carne con lentejas, yogur con pepino, ensalada, berenjenas y más. Una mesa iraní sin carne es casi inconcebible, por eso lo de vegetarianismo no va mucho con ellos. Yo acostumbro a cocinar  paella cuando vienen extranjeros a mi casa porque todos en mi familia aseguran que me sale muy bien y me parece que les gustará conocer nuestra especialidad. Todos lo celebran menos los iraníes. La hago con abundancia de sepia, mejillones, gambas y cigalas, en fin, para quedar bien. Pues en esta casa de mis amigos de Mashad, siempre que voy, se ríen conmigo cada vez que la madre cuenta lo que les dimos de comer cuando estuvieron en Barcelona: solo ensalada, arroz con gambas, y ¡las gambas con cabeza!
Además, cuando vienen a mi casa, me encuentro con el problema del halal. Si se trata de familias tradicionales siempre sale el comentario entre ellos de si lo que se les ofrece es halal, por educación a mí no me lo preguntan directamente, pero he llegado a la conclusión que eso es una pose (ojo, estoy hablando de iraníes que no son árabes, no confundir), es simplemente algo que se preguntan y la respuesta poco importa porque hay lo que hay y está muy apetecible. Ahora ya sé que tengo que ofrecer platos con carne en abundancia aunque la carne en mi casa no sea halal.

Por la tarde llegan la abuela y las tías enfundadas en sus negros chadores que no se quitan durante toda la tertulia. La conversación se centra en la excursión que están preparando para visitar el centro de peregrinación chií de Najaf en Irak. Viajarán ellas solas en un viaje organizado. La familia las apoya y ellas están muy contentas. El turismo religioso de mujeres en Irán está en auge.


A última hora entra un pariente que acaba de llegar de La Meca con regalos para todos, collares de perlas del Golfo, pañuelos, rosarios bendecidos, etc. Me cuentan que hay unos cupos para ir a cumplir con el hajj, la obligación que tiene todo musulmán de acudir una vez en la vida a los lugares santos de La Meca. Hay muchas más peticiones que plazas disponibles y además todo el pack de viaje resulta muy costoso. Este hombre, que es cocinero, se enroló como tal. Su trabajo estaba bien remunerado. Cuenta que los iraníes tienen en La Meca unas cocinas muy grandes donde se preparan platos a todas horas que luego se distribuyen por los hoteles donde se acostumbran a alojar. Hay cientos de cocineros porque hay miles de peregrinos iraníes. Desayuno, comida y cena iraní van incluidos en el pack. Está encantado con su aventura, ha cumplido y además ha vuelto con un buen ahorro.

Escaparate en Mashad, cuadros hechos con la técnica del anudado de alfombras.
Cuando se han marchado salimos a pasear. Las calles principales están animadas. Hay un mercadillo callejero con los objetos a la venta en el suelo a ambos lados de la acera. En una de las paradas veo en exposición crucifijos de dos palmos pintados de negro, la cruz y el crucificado, cuando me fijo más me doy cuenta de que en una de las hileras el cuerpo crucificado es de mujer, también pintada de negro, con los pechos al aire y un lienzo en la cintura. Me sorprende tanto que incluso me da apuro comentarlo con Sahar, ella ni los ve. No me atrevo a parar para tomar una fotografía, no porque pase nada sino porque me quedo de piedra. Pasado el tiempo, esta imagen me viene a veces a la cabeza y  he llegado a preguntarme si no fue un sueño, pero no lo fue, os aseguro que lo vi y que me dejó un sabor extraño de boca por llevar siglos de cultura cristiana a mis hombros. Los iraníes ni se fijaban. Si hubiera sido una imagen de Mahoma el representado de forma irreverente en un mercadillo occidental, habrían hecho una guerra.

Mashad siempre me sorprende. Es la gran ciudad iraní más cercana a Afganistán y alberga un gran complejo religioso, Astan-e-Qods, que incluye el mausoleo del emam Rezá, el octavo emam chií, un museo, centros de enseñanza, bibliotecas, cementerios, un centro de investigación agrícola y muchas tierras de cultivo, fértiles y productivas.  Cada año recibe varios millones de peregrinos.

28.7.15

APJ Abdul Kalam, científico, ex-presidente de India, inflamador de conciencias, ha muerto.





APJ Abdul Kalam, científico, ingeniero aeronáutico, undécimo presidente de la India, y, sobre todo, inflamador de conciencias, convenció a los jóvenes indios de que con esfuerzo podían llegar a conseguir sus sueños en un país que había iniciado un crecimiento económico imparable y cuyo objetivo es llegar a ser en 2020 un país desarrollado.

Nació en 1931 en el Estado indio de Tamil Nadú, en una familia humilde musulmana. Nacer humilde y musulmán en India significa nacer desfavorecido, pero Abdul Kalam llegó a ser uno de los científicos más importantes de la India y fue el padre de los misiles indios y de la India nuclear, todo conseguido con tecnología y producción india. Sus secretos: fe en sí mismo, esfuerzo e ilusión. Todo ello acompañado de unas capacidades extraordinarias.

En 2002 fue nombrado Presidente de India, el primer presidente musulmán.


Fue también profesor de universidad y el alma del proyecto “India Millennium Mission” cuyo objetivo es transformar India desde su situación actual de desarrollo, en un país desarrollado en 2020.

Pero sobre todo su labor más importante ha sido la de encender las mentes de los jóvenes indios para conseguir un desarrollo nacional. Sin las nuevas generaciones no hay nada a hacer pensaba el Dr. Kalam, y hay que convencerlas de la gran oportunidad que se les presenta. Visitaba y daba charlas en los institutos de enseñanza media de todo el país. En ellas se ponía como ejemplo de niño de origen humilde que con esfuerzo había llegado hasta lo más alto y les aseguraba que eso era posible. Aportaba ilusión en una coyuntura económica, además, favorable. Y dejaba a los chavales iluminados y dispuestos a estudiar y trabajar duro.

Yo no presencié ninguna de esas charlas pero sí que tuve ocasión de hablar en varias ocasiones con jóvenes de escuelas técnicas del interior de Bengala Occidental en la zona de 24 Parganas North. Eran estudiantes de física, hijos de padres analfabetos, convencidos de que les esperaba un futuro mucho mejor. Y no solo eran los jóvenes los que estaban convencidos sino sus padres también y todos ponían una gran ilusión y energía para que los jóvenes progresaran, y con ellos todo el país.



El Dr. Kalam escribió varios libros, traducidos a la mayoría de lenguas indias, pero quizá el más famoso es “Wings of Fire” (Alas de fuego) publicado en 1999. Es el libro de cabecera de muchos indios, no solo de los que viven en India sino también de la diáspora. Solo tiene 180 páginas y es una autobiografía fuera de lo corriente. Wings of Fire trata del GRAN SUEÑO INDIO, el sueño que el Dr. Kalam hizo realidad. No importa si uno es hindú o musulmán, rico o pobre, este libro trata de cómo conseguir lo que siempre has soñado. Habla de la indianidad, del esfuerzo, de la excelencia, de la compasión, de los objetivos colectivos y de estar orgulloso de ser indio.

Doctor Honoris Causa en 30 universidades, recibió los premios más importantes de su país. Nunca se casó. 

Descanse en paz.

15.6.15

Santa Cruz, California, donde el surfista es rey.

Tomo de mi bloc de notas estos comentarios:

Hacia el sur, 880 freewayAl fondo lomas de terciopelo de un verde fresco y nuevo, donde solo yo veo ejércitos de enanitos bajar rodando, fantasías en mi mente ociosa de observadora motorizada. A la izquierda casas unifamiliares entre árboles variados, abetos, cipreses, pinos, y alguna palmera altísima cuyo tronco fino fino se cimbrea y mueve su cabeza despeinada. A la derecha almacenes de venta de coches Toyota y Subaru, con banderines triangulares de todos los colores y globos rojos.

                                   

Ya no circulan coches americanos por California. En unas décadas se ha producido el cambio. Nadie compra aquellos fantásticos vehículos con alerones, que tanto nos deslumbraban, ya no se fabrican, por falta de demanda y Detroit, la otrora ciudad activa e industriosa que no supo ponerse al día, ha quedado abandonada y sumida en la ruina. Ahora por las carretera californianas circulan en su mayoría coches japoneses o coreanos, también los hay europeos.
Como para contradecir mis pensamientos, pasa una caravana de ocho Ford Mustang, conducidos por jóvenes blancos con tatuajes y pendientes y la música a todo volumen. Al poco rato nos adelanta otra fila todavía más numerosa de Chevrolet Camaro pintados de negro, con calaveras blancas dibujadas en el guardabarros. Van de fiesta a Santa Cruz, frente a la playa aparcarán sus bólidos relucientes, abrirán puertas y ventanas para que se oiga bien la música y en medio de un impresionante guirigay,presumirán de coche.


                                

Santa Cruz es el paraíso de surfistaDesde lo alto de un acantilado y apoyados en la baranda que nos protege, contemplamos las piruetas de los perseguidores de olas. Hace calor, un calor de verano en pleno invierno. Es el día de San Valentín. A nuestro lado se erige, sobre un pedestal, la escultura en homenaje al surfista, un joven adonis en bañador posando al lado de su tabla de surf. Hoy, para celebrar día tan señalado, alguien lo ha disfrazado con una peluca roja y un bikini del mismo color. Día de ocio y buen humor en Santa Cruz.


                                 


En una ventana veo un cartón con el eslogan “BLACK LIVES MATTER", las vidas de los negros nos importan. De repente se nos hace presente, en medio de esta balsa de aceite de población blanca que se divierte, el movimiento de protesta contra la brutalidad policial, iniciado tras la muerte de jóvenes negros a manos de policías blancos.

21.2.15

Berkeley huele a jazmín y yo voy al Peet's


La semana pasada llovió en la Bay Area de San Francisco, después de meses de sequía y, de repente, florecieron los jazmines. Ahora al anochecer, en Berkeley, cuando el sol se pone tras el skyline de la ciudad de San Francisco, al otro lado de la bahía, las calles huelen a jazmín y los setos de las casas están cubiertos de pequeñas flores blancas.

                                  

Ayer, temprano por la mañana, al pasar por delante de las dos grandes sequoias sempervivens, aquí conocidas como redwoods, se me ocurrió fotografiarlas. A mi lado se paró un joven. 
- hermosos árboles, ¿verdad?
- sí, impresionantes.
- ¿sabe quién vive en esta casa? 
- no
- aquí vive Goopi.
- ¿quién dice?
- Goopi Goldberg, la famosa actriz.
- ¡ah! 
- tenga un buen día.
- gracias, usted también.
Y siguió su camino.
Paseando por la avenida Shattuk, pasé por la estación del Bart, el metro que lleva a San Francisco y a otras ciudades de los alrededores. Los sin techo dormitaban por las aceras, con sus perros, sus carros de supermercado repletos de cosas y sus mantas. Forman parte del paisaje y nadie parece verlos.

                                   

Mi objetivo era un desayuno en el Peet's de Vine con Walnut, el primer Peet's que abrió sus puertas en 1966, en Berkeley. Fue una revolución para los amantes del café.

                                    

Alfred Henry Peet (1920-2007) fue el artífice. El local se llamaba en su origen, "Peet's Coffee, Tea and Spices". El buen olor a café tostado atrajo a los clientes y la esquina del Peet's se convirtió en la más popular de Berkeley, y fue el origen del actualmente famoso Gourmet Getto, el barrio de los restaurantes.

                                   

El ambiente es relajado. El olor a café, reconfortante, y la música clásica como fondo de animadas conversaciones, agradable. Los clientes leen, corrigen exámenes, preparan doctorados no en vano Berkeley tiene una de las mejores universidades del mundo, trabajan con sus ordenadores o, simplemente, saborean su café y hablan con su vecino o vecina de mesa. Cualquier excusa es buena para iniciar una conversación intrascendente.

                                     

- Me gustan sus calcetines, me dijo ayer la señora que se sentaba a mi lado.
Mis calcetines eran de un azul casi fluorescente con medusas de colores.

11.2.15

Keith Haring, the political line, en el museo de Young de San Francisco

                                  


Espectacular exposición de 130 obras de Keith Haring (1958-90) en el museo de Young de San Francisco que incluye telas de gran formato, lonas, esculturas, dibujos y otros trabajos del artista. 
Las ideas de Haring sobre el desarme nuclear, los excesos del capitalismo, la desigualdad racial, el SIDA, enfermedad de la que murió a los 32 años, o la degradación medioambiental, entre otras, quedan patentes en estas obras, de ahí el título de la exposición.



Alguno de sus cuadros me han recordado a los de El Bosco, un Bosco del siglo XX. Los mismos horrores pintados de forma distinta pero diciendo, al fin y al cabo, lo mismo. Y el mismo horror vacui: telas llenas de personajes sufriendo calamidades y haciendo barbaridades.

La exposición finaliza el 16 de febrero. La afluencia de público es considerable ya que ha tenido muy buenas críticas y es la única que se ha hecho en la costa oeste de Estados Unidos de Keith Haring en los últimos veinte años.

Keith Hearing fue un artista excesivo por lo prolífico en su, sin embargo, breve vida. Sus personajes de una sola línea se han hecho famosos, los vemos en muchos lugares como elementos de decoración y parecen muñecos  inocentes y naifs. En esta exposición pierden la inocencia y no están solos sino que forman parte de un abigarrado mundo de denuncia que era el obsesivo mundo de su creador.

Las obras expuestas vienen de la Fundación Keith Haring de NY y de colecciones privadas. 

21.1.15

Hablemos de visados para entrar en España







Ya se ha ido Sharmisthaquerida amiga India, que ha pasado las navidades en nuestra casa en Barcelona. Ha estado con nosotros veintisiete días. Su visado era para un mes. Ha regresado a su país, como estaba estipulado. Ella es de Calcuta pero tendrá que presentarse en la embajada de España en Nueva Delhi (1500km) porque así se lo exigieron, con una nota impresa a toda página en su pasaporte, el día que le concedieron el visado.

La historia es larga y la escribo para que otras personas, deseosas de viajar a España desde países del tercer mundo, sepan a qué atenerse. También para que las autoridades españolas reflexionen.

Ante todo debo explicar que Sharmistha es una joven que trabaja como secretaria en una empresa india dedicada al control de calidad de los zapatos y bolsos que se fabrican en India, con piel española, para importantes marcas de españolas y que después se exportan, desde España, a todo el mundo. Ella tiene este trabajo desde hace años y cada día adquiere nuevas responsabilidades debido a su eficiencia y seriedad. Está soltera y vive con su padre. Tiene hermana casada y sobrinos. Una vida estructurada y bien organizada en su país. Ha estado aprendiendo español y ya puede comunicarse con las fábricas españolas en este idioma, tanto por teléfono como por email. Ella procesa desde la India todos los documentos que se necesitan para la exportación a España.

Conozco a Sharmistha desde hace tiempo puesto que viví en Calcuta para escribir el libro ¡Esto es Calcuta! Y acostumbro a viajar a esta ciudad con cierta frecuencia.

Hace dos años, y con la intención de que mi amiga pasara las navidades con nosotros y conociera nuestro país, nuestra cultura y practicara nuestro idioma, iniciamos el proceso para solicitar el visado necesario para poder entrar en España. Fui a la policía para pedir el impreso de idoneidad que me facilitaría la obtención de la carta de invitación para mi amiga extranjera. Rellené el impreso y busqué los documentos que pedían: contrato de alquiler o escritura de propiedad del piso donde va a residir la invitada. Los presenté en comisaría. Me mandaron al banco a pagar 80 euros. Con el recibo volví a comisaría y me dieron un papel que decía: le avisaremos cuando la carta esté lista. A los 15 días recibí una llamada telefónica en que me comunicaban que podía pasar a recoger la carta. Todo tal como estaba previsto.

El siguiente paso era ir al notario y hacer fotocopia de mi pasaporte para que él certificara su autenticidad.

Después había que mandar estos documentos a Sharmisthaa Calcuta. Fui a correos, me pidieron si los quería mandar certificados. Como eran documentos importantes acepté. Si una carta normal a la India tarda una semana en llegar, ésta certificada tardó tres semanas. Y estoy hablando de una dirección sin complicaciones en una ciudad con nombres de calles y números.

Sharmistha mandó todos los documentos que le pedían a la agencia contratada por la Embajada de España que,desde hace un tiempo, se encarga de recibirlos,procesarlos, y pasarlos a la embajada.
Al cabo de unas semanas, le devuelven el pasaporte con un sello donde decía “Visado denegado para cualquier país Shengen”. Explicación en un papel aparte: Esta persona podría no regresar a su país. Sharmistha, que ya tenía la maleta preparada, los regalos comprados, y a nosotros esperándola con ilusión, no pudo viajar a España y, además, su pasaporte quedaba marcado y no servía para pedir de nuevo el visado tan deseado, ni en España, ni en ningún país europeoEscribí una carta a la Embajada pidiendo qué más se necesitaba para poder darles la seguridad de que nuestra amiga no se quedaría en España, puesto que yo me hacía responsable de todos sus gastos mientras estuviera en mi casa y de que regresara a su país cuando concluyera el permiso, y nunca me contestaron.

Esperamos un año y reiniciamos el proceso. Otra vez la invitamos a pasar las navidades en nuestra casa. Se sacó un nuevo pasaporte, que cuesta dinero. Yo volví a comisaría con todos los documentos y solicité la carta de invitación, más dinero. Fui al notario e hice reconocer la fotocopia de mi pasaporte, las páginas dónde hay los datos importantes, eso es lo que acostumbran a hacer en las notarías cuando se les presenta un pasaporte, más dinero. Había escrito una carta, dirigida al embajador y otra, dirigida a la cónsul, en la que aseguraba que me hacía responsable de que ella regresara a su país. Que no deseaba quedarse, que tenía una familia y un buen trabajo y que era muy importante para España tener en la India a una persona que hablara bien nuestra lengua y trabajara con eficacia para que nuestros productos tuvieran la calidad óptima para ser representantes dignos de nuestro país cuando España los exportaba. Hice reconocer esas cartas con mi firma por el notario, más dinero.

Mandé todos esos documentos esta vez por MRV. Tardaron igual que con la carta certificada, decían que no encontraban la dirección y que eran las fiestas del DurgaPuja y nadie trabajaba esos días. Creo que MRV no tiene unos buenos corresponsales en India.

Sharmistha volvió a mandar los documentos a la agencia. Al cabo de unos días le dijeron que yo debía mandar una nueva fotocopia compulsada por el notario de todas las páginas de mi pasaporte, incluso las que estaban en blanco. Volví al notario, más dinero. Esta vez lo mandé por DHL, más dinero, pero llegó en tres días.

En este punto se movió la embajada. Llamaron por teléfono a Sharmistha y le hicieron preguntas. Después llamaron a su jefe, un ciudadano indio que habla un español impecable. Cuando les respondió en nuestro idioma, la reacción fue “habla usted demasiado bien para ser indio, no puede ser”. Desconfianza por delante y falta de información. ¿Cómo puede ser que desconozcan la existencia de un ciudadano indio que habla perfectamente nuestro idioma y lleva años colaborando con importantes empresas españolas?

Finalmente le dieron el visado tan deseado, por un mes, y en su pasaporte había un sello-tampón que ponía lo siguiente: Debe presentarse en la embajada inmediatamente a su regreso.

Este escrito no sólo pretende ayudar o alertar a las personas que quieren obtener un visado turístico para viajar a España, personas que tienen todas las características para regresar a su país y que piensan regresar, que no se confíen, ya que entregando los documentos que se les piden no es suficiente, hay que pasar la barrera de la desconfianza absoluta de los funcionarios. Este escrito pretende también dar un toque de atención a nuestros gobernantes y a nuestro Ministerio de Asuntos Exteriores. Pretende alertar sobre lo importante que es para nuestro país, España, saber qué ciudadanos hablan nuestra lengua, trabajan con empresas de nuestro país, difunden nuestra cultura, les gusta España. A estos ciudadanos habría que cuidarlos, se les debería conocer, escuchar, abrirles las puertas de la Embajada y utilizarlos como difusores del buen nombre de nuestro país.

Sharmistha ha pasado con nosotros unas navidades inolvidables. Ya ha regresado a Calcuta. Ahora tiene que ir a Nueva Delhi para presentarse en la embajada. Irá.¡Más dinero!